"Una novela no es una alegoría. (...) Es la experiencia sensorial de un mundo aparte. Si no ingresas en dicho mundo, contienes la respiración con los personajes y te involucras con su destino, no serás capaz de empatizar, y la empatía es el corazón mismo de la novela. Así es como lees una novela: inhalas la experiencia. Entonces, comienza a respirar.
Solamente a través de la ltieratura que uno puede ponerse en los zapatos del otro y entender sus aspectos más contradictorios y diferentes (...)"
Leer Lolita en Teherán
sábado, 29 de septiembre de 2007
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