martes, 25 de septiembre de 2007

SOBRE EL Un articulo: POR QUE DE LOS TALLERES LITERARIOS EN ARGENTINA

Existen explicaciones, muchas y variadas, sobre las causas del “Boom” de los talleres literarios. Su origen es coincidente con los años sesenta, como antecedente primario, en la que un grupo de personas todas ellas amantes de la literatura, se reunía en bares, confiterías y cafés para la lectura, comentarios y debates encendidos muchas veces, no académicos en la mayoría de ellos, sobre los distintos géneros literarios y sus autores.
Que éstos surgieran con gran fuerza, primero en Norteamérica y después en la Argentina, fue razón suficiente para que fueran adoptados como un fenómeno imitativo y “snobs”sobre todo por el habitante del centro porteño.
Expresa Silvina Riera: “La más europea de las ciudades latinoamericanas es “La capital de los talleres literarios”, más allá de esta expresión veladamente “Eurocéntrica” deberíamos decir también una de las mas fragmentadas socialmente con un evidente malestar en la cultura que se manifiesta con formas de expresión literarias alternativas, en particular con el crecimiento del número de talleres literarios. Todos tienen algo que decir y lo dicen.
No coincido en que el motivo sea la aspiración burguesa, genuina desde luego, de aprender a ser escritor profesional y publicar sino una desesperada necesidad del ser de emerger en la conciencia y hacer propiedad común del lenguaje unificador del sujeto social , agredido por la hiperfragmentacion de las clases sociales y la faltan de una identidad social.
Coincido en parte con la expresión de Heker “La escritura es democrática y la literatura no”, yo agregaría que la escritura emergente de los talleres es democrática por la estructura horizontal y no autoritaria de los mismos.
Es interesante una expresión de saccomanno “A mí lo que me importa es que cada uno encuentre su propia voz”, delinea su espíritu antiverticalista lo que favorece al orientar la creación literaria y como consecuencia el surgimiento del ser a través del lenguaje.
Me gustaría concluir con una cita realizada por Steimberg que reivindica la práctica de la reescritura como el mejor ejercicio de taller literario.” Borges pensaba que lo único que podemos hacer es reescribir. El decía algo parecido al Eclesiastés:”Todo está ya escrito, todo sucedió ya”. De acuerdo a esto con las palabras articuladas según un orden sintáctico y su correspondiente semántica se reconstruye el sujeto.

No hay comentarios.: