En el llamado triángulo del significado sus vértices corresponde a la palabra, el concepto y el objeto. Esta expresión gráfica demuestra cómo funciona la palabra dentro del lenguaje: cada palabra alude a un concepto, el cual a su vez alude a un objeto. Entendiéndolo podemos dar otro paso firme para poder responsabilizarnos con lo que escribimos.
Tomemos la palabra “mesa”. Realmente, “mesa” es la combinación de cuatro letras. Pero, como hablamos el idioma, sabemos que cada vez que escuchamos, leemos o escribimos mesa nos referimos a un “mueble compuesto por un tablero liso sostenido por uno o varios pies y que sirve para comer, escribir, etc.”. Y, además, cada vez que vemos un mueble de estas características podemos diferenciarlo de una silla o un sofá.
La importancia de comprender esto es que para un mismo objeto, incluso para un mismo concepto pueden existir diferentes palabras que sirvan para nombrarlos, pero la elección de cualquiera de esas palabras no es perfectamente equivalente.
La selección del vocabulario encierra valor. No es lo mismo usar, para describir a un grupo aproximadamente igual, las siguientes palabras: trabajadora sexual, prostituta o puta. Cada una expresa de manera contundente mi intención. Cada vez que hago una selección de palabras debo estar consciente de que cada una de esas decisiones tiene sus implicaciones. Hay que medirlas, comprenderlas, ver cómo influyen en el texto.
Mientras estemos desarrollando nuestros textos estaremos frente a un proceso paralelo de creación y descubrimiento, por lo tanto, prestando atención a esto último, hay que recordar que los accidentes de la escritura tienen que ser observados. Si en un momento hace una elección que parece descabellada, se coloca algo que parece tener poco sentido, es mejor revisarla y estudiarla un poco aunque sea una reflexión sin mayor impacto práctico en el texto que se está trabajando.
Hay que evitar la búsqueda maniática de sinónimos, no se puede obviar que cada elección tiene sus implicaciones (grande por extensa, bella por hermosa no son directamente equivalentes).
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